sábado, 23 de abril de 2011

viernes, 1 de abril de 2011

¿Qué está pasando?

En estos días se están negociando temas de gran trascendencia para el futuro de las relaciones laborales.
Las Patronales, UGT y CCOO están hablando del futuro modelo de negociación colectiva y las presiones son enormes.
Mi impresión es que el mensaje de liberalización en las relaciones laborales está calando en la sociedad, incluidos los propios trabajadores.
¿Qué pretenden los representantes de la patronal, algunos medios de comunicación, e incluso, el gobierno?

Negociación en la empresa
Un ejemplo de cambio de modelo es el priorizar la negociación en la empresa. La verdad es que, dicho así, suena bien. Otra cosa son sus consecuencias.
Pierde fuerza la negociación de ámbito superior, estatal o regional. Claro que potenciar los delegados en la empresa a los negociadores estatales, o regionales, tiene sus consecuencias. Los sindicatos confederales se debilitan (es lo que se quiere) a costa de los delegados de la empresa. Todos sabemos las consecuencias que esto puede tener. Basta imaginar delegados (a saber de qué sindicato) en un ámbito cerrado donde tienen al titular presionando. La experiencia me dice que en estas condiciones los trabajadores se cierran cada vez más en si mismos.

Ultraactividad y Arbitraje
Otra variable en la mesa de negociación consiste en fijar un plazo de finalización del convenio (ultraactividad).
Si las negociaciones van mal o se dilatan, se pretende poner un límite temporal. Si hablamos de eficacia en la negociación, todos estamos de acuerdo. Ahora bien, si tenemos una espada de Damocles consistente en cuestionar el articulado vigente del convenio a partir de una fecha, las cosas varían. No hay que estrujarse mucho la cabeza para entender que hay mejoras del convenio que si se tuvieran que renegociar costaría mucho llegar a ellas. Piensa en el Complemento de Formación.
Pretenden que la solución a la ultraactividad del convenio sea el arbitraje. No como medida excepcional, sino “relativamente normal”. Emplear este recurso es como abrir un melón. Después de abierto se ve lo bueno?? que es. Que nadie piense que los arbitrajes implican mejora.


Nuestro sector
Nuestro sector tiene unas particularidades laborales que le definen claramente. Tiene una representación sindical muy variada, cuatro sindicatos como mínimo, y con unas connotaciones ideológicas muy definidas.
Se mezcla lo ideológico con lo estrictamente laboral y el resultado es que se está en muchos momentos a espaldas del movimiento sindical de clase.
Lo que venga de UGT y CCOO se repudia por ser quienes son. Se rechaza, pero no se aporta nada. Recordar nuestra última convocatoria de Huelga General. El sector de la enseñanza privada ( y el de pública también) reaccionó mirando a otro lado, como si no le afectaran las reivindicaciones. La cuestión es que sindicatos como FSIE y USO no se van a poner enfrente de las patronales si las cosas se ponen difíciles. Contra el gobierno ya es otra cosa, sobre todo si es de “izquierdas”. Esto nos perjudica mucho. Es un lastre más en la negociación de las mejoras laborales sectoriales.

Salarios y productividad
Aunque no se esté negociando directamente, en el ambiente está flotando la relación salarios/productividad.
Hasta ahora, los sindicatos hacíamos un efecto corrector, pactando los márgenes generales de subida salarial. Las Patronales y los Sindicatos son interlocutores válidos y necesarios. La proyección estatal de sus acuerdos puede ser muy beneficiosa.
Ahora se pretende que el referente sea la productividad en la empresa. Visto así tampoco suena tan mal.
Pero medir la productividad no parece tan fácil en la pequeña y mediana empresa. ¿Quién lo hace?
Consecuencia: Puede ocurrir que los salarios anuales varíen asincrónicamente con relación al coste de la vida.
Si es en positivo, vale. Pero cuando se vea que año a año se pierde poder adquisitivo las cosas pueden cambiar.
Que hay que corregir disfunciones, de acuerdo. Pero de esto, a lo que se pretende hay mucha distancia.

El resultado final
Los sindicatos estamos negociado en condiciones difíciles, y además, cometemos muchos errores.
No está lejana la campaña de deslegitimación de los sindicatos (el año pasado). Cabe recordar cómo se cuestionaron las pensiones públicas y el contexto en el que firmamos el Acuerdo Social y Económico. Ahora se cuestiona el modelo de negociación colectiva y ahí estamos.
En mi opinión, cuestionar a los sindicatos no es ni bueno ni malo. Pero criticarlos sin dar alternativas es debilitar el esqueleto laboral en el que nos sustentamos. Y no lo dudes, cuanto más débiles sean los sindicatos, mejor para algunos, pero no para los trabajadores.
En estos días se resolverán parte de estas incógnitas. Espero que este escrito sirva para entender algo mejor lo que está sucediendo.
Y por supuesto, ¡suerte! La necesitamos.