Los recientes acontecimientos, donde los ciudadanos se expresan públicamente y, paradójicamente, hacen que se tambaleen y caigan dictadores, me merece una reflexión.
El valor ético no se debe acomodar a los intereses de cada uno, cada grupo, país, estado o lo que sea.
Ahora estamos descubriendo que los dictadores protegidos por Europa-Occidente son malos, malísimos. No sabemos qué hacer.
No todos somos especialistas como el señor (perdón) Bono, que ajusta su ética personal (pública) a las relaciones comerciales de los empresarios o de su país.
Los dictadores son dictadores, los malos empresarios son malos, los que no ayudan a sus compañeros son insolidarios y los que no dan valor a la ética ........ ¿qué son?
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