Voy a intentar hacer unas cuantas reflexiones, sobre nuestro comportamiento ante la agresión/reto que supone la reforma laboral.
Una reforma, diría más bien revolución sorda, que es un torpedo a la línea de flotación de ese paquebote llamado “derecho laboral”. No lo hunde, pero pretende transformarlo en barquito velero.
Mis comentarios versarán sobre cómo afrentamos la nueva situación.
Porque van a cambiar los modos de trabajar, de comportase y de dirigir.
Algunas reivindicaciones que ahora se consideran fundamentales serán historia y nos conformaremos con menos. Por lo menos es lo que quieren algunos.
El miedo que están metiendo en el personal está surtiendo efecto. Cada vez tragamos más. Pero cuidado: Puede llegar un momento que no admitamos más y entonces el conflicto puede aumentar exponencialmente.
¿A quién le importaría? A los causantes de la crisis y a los que manejan los hilos del poder económico, seguro que no. A saber dónde están.
Además…. ¡No nos pasemos! No vaya a ser que se les atragante la bebida y no puedan disfrutar de una bonita puesta de sol desde cubierta.
CONTINUARÁ ……
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