Vienen otros tiempos. ¡Y hay que ver cómo vienen!
Esta crisis no es algo pasajero. No es un acontecimiento de carácter cíclico o previsible, que tiene altos y bajos.
Implica una nueva situación social para los ciudadanos, trabajadores, y por supuesto, sindicatos.
Los nuevos tiempos llegan para quedarse en un invierno que dura más de lo esperado. Un tiempo que, porqué no decirlo, me recuerda el pasado: Un pasado casposo con unos ciudadanos temerosos, desconfiados y, en muchos casos, ignorantes.
Parece que los trabajadores hemos llegado a nuestro tope de bienestar y, ¡cuidado! pensarán algunos, hay que corregir el rumbo. Y contra esto hay que oponerse.
Debemos pensar sosegadamente, pero en primer lugar, debemos clarificar la nueva situación, ver nuestras carencias y seguir luchando.
Esta es la clave, seguir luchando y defendiendo a los más débiles.
Para eso estamos los sindicalistas.
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