Los sindicatos tenemos que avanzar

No podemos estar, sin más, todo el día señalando lo que hemos perdido y lo mal que estamos.
Hay que analizar las cosas desde una perspectiva: avanzar, no estancarnos.
Caminar hacia delante, sin pausa. Del ritmo ya hablaremos.
Los sindicatos debemos analizar nuestras responsabilidades para corregir. No para hacernos daño, sí aprender de nuestros errores.
Estamos inmersos en una sociedad, no totalmente apática, pero sí incapaz de moverse poco más allá del ámbito de una manifestación pública o huelga desigual.
Y los sindicatos hemos hecho y seguimos haciendo cosas que no son correctas.
Por ejemplo. No analizamos seriamente y dejamos pasar el porqué de algunos sonoros fracasos.
¿Por qué no analizamos la incidencia real de la huelga? ¿Porqué tan desigual seguimiento?
¿Esperamos a que se pase el sofocón?. Y luego qué. ¿Les pedimos a los mismos que se apunten a la siguiente?
Si fuera la solución todavía. Pero no lo es. Lo que hacemos es dilatar, dejar que pase el tiempo, no avanzar y que sean otros los que tomen las riendas. En definitiva, estar pero no pintar nada.
Sinceramente, me cuesta admitirlo.

Sobre la huelga en la enseñanza

La huelga en la enseñanza del pasado jueves 25 no ha hecho más que confirmar mis inquietudes.
Vaya por delante que ni pretendo pontificar ni tener toda la razón. Sólo aportar reflexiones, a poder ser interesantes.
Existe un sensibilidad social y gremial sobre la enseñanza pública y concertada.
La comunidad educativa pública, léase funcionarios docentes, piensa que defender a la pública solo se puede hacer desde dentro y que la concertada es otro modelo de enseñanza. Es privada y pertenece a otro nivel en el estrato social.
La comunidad educativa concertada, léase los profesores de la concertada, piensa que la pública es otra cosa y que la concertada está en el estrato social de la enseñanza privada.
Cuidado, son generalizaciones, no te enfades conmigo.
Seguimos.
Falta un tercer estrato. El de los profesores que piensan que la concertada, una herencia histórica que bien gestionada puede ser útil, puede ejercer un servicio público igual que el de la pública si entra al 100% en el juego del control del dinero público que llega a sus centros. En este caso, sus docentes deben tener los mismos derechos y obligaciones que sus homólogos de pública. Lógico. Esencialmente están haciendo lo mismo y en las mismas condiciones.
En este nivel se encuentra quien escribe estas líneas, un servidor de Ud.
Estas ideas me han aportado la energía suficiente para reivindicar aspectos como los sexenios en concertada en Cantabria, y porqué no, para aguantar e incluso "entender" ciertos anacronismos/contradiciones que se ven tanto en pública como en concertada.
Porque seamos sinceros. Una cosa es lo que se dice y otra es lo que se hace. Me refiero, por supuesto, a la defensa de la escuela pública, la de todos. Exactamente, la de todos.

¿Dónde están los sindicatos?

Desde hace bastantes días, los dos sindicatos mayoritarios hemos convocado Huelga en toda la enseñanza, pública y concertada.
Hemos argumentado desde el punto de vista social y laboral. Desde una óptica global a una sectorial, llegando incluso a detalles como la jornada laboral, salarios, etc.... La verdad es que la LOMCE desgraciadamente da mucho de sí.
En estos dias se ha ampliado el espectro de sindicatos convocantes de la huelga.
Se han sumado FSIE y USO. Son unas organizaciones con fuerte implantación en la concertada. Y con sus propias razones, por supuesto.
Hasta aquí, todo correcto.
El problema surge cuando preguntas qué está pasando en los centros.
Si se informa o potencia la huelga. Si se hace algo o simplemente "se cubren las apariencias".
Y aquí me pregunto ¿Dónde están los sindicatos?