No podemos estar, sin más, todo el día señalando lo que hemos perdido y lo mal que estamos.
Hay que analizar las cosas desde una perspectiva: avanzar, no estancarnos.
Caminar hacia delante, sin pausa. Del ritmo ya hablaremos.
Los sindicatos debemos analizar nuestras responsabilidades para corregir. No para hacernos daño, sí aprender de nuestros errores.
Estamos inmersos en una sociedad, no totalmente apática, pero sí incapaz de moverse poco más allá del ámbito de una manifestación pública o huelga desigual.
Y los sindicatos hemos hecho y seguimos haciendo cosas que no son correctas.
Por ejemplo. No analizamos seriamente y dejamos pasar el porqué de algunos sonoros fracasos.
¿Por qué no analizamos la incidencia real de la huelga? ¿Porqué tan desigual seguimiento?
¿Esperamos a que se pase el sofocón?. Y luego qué. ¿Les pedimos a los mismos que se apunten a la siguiente?
Si fuera la solución todavía. Pero no lo es. Lo que hacemos es dilatar, dejar que pase el tiempo, no avanzar y que sean otros los que tomen las riendas. En definitiva, estar pero no pintar nada.
Sinceramente, me cuesta admitirlo.
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