Valorar los resultados puede ser fácil si sacamos la calculadora y comparamos.
Pero en este caso, no voy por ahí.
Quiero insistir en mi preocupación desde un punto de vista: La confrontación intersectorial.
En los últimos años no han existido grandes roces entre los dos sectores que componen la red sostenida con fondos públicos de Cantabria.
Diría más: Parecía que la sociedad aceptaba la tesis de FETE-UGT. Conciliar los intereses de las dos redes desde una exigencia común, tanto en derechos como en deberes, a los centros y docentes.
Este fue mi acicate en la defensa del complemento de formación y, sinceramente, creo que fue bien aceptado. De ahí el éxito en su implantación.
Espero que no rebrote el corporativismo, que no se creen guerras ficticias, y por supuesto, que la administración sea lo suficientemente seria para entender que la guerra escolar desprestigia a la enseñanza. Sobre todo a la pública.
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