Vaya por delante: La reducción presupuestaria en “inversión educativa” nos afecta a todos. De alguna manera todos debemos sentidos concernidos.
En situaciones de crisis como la actual se exacerban las posiciones. Se resaltan más, son más nítidas. Su visualización puede provocar posiciones aún mas enfrentadas. Se manifiesta más claramente lo que se piensa. Y lo que se aprecia a veces no gusta demasiado.
Hoy en día, algunos responsables políticos están estirando la cuerda demasiado. Se corre el riesgo de exacerbar los ánimos y provocar el afloramiento de aptitudes insolidarias y corporativas. Igual es lo que pretenden.
El peligro es compararse unos con otros. Resaltar las carencias de unos y las mejoras de otros: enfrentamiento seguro.
No vale que sectores educativos, por sentirse agraviados, carguen contra otros porque no estén en igualdad de condiciones. Habrá que observar cual es la mejor situación para tomarla como referencia al afrontar el futuro.
Claro que hay diferencias del sistema educativo. En muchos casos, mayores de lo que pensamos. Pero no nos equivoquemos y no hagamos lo que algunos pretenden, discutir entre nosotros.
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