El pasado jueves 12 se celebró una sesión extraordinaria del
consejo escolar de Cantabria para hablar de las becas BIP
Intervine muy críticamente.
Lo hice como consejero y recordando que pertenezco al mismo por
ser profesor de la concertada y sindicalista de UGT.
Valoré como lamentable que a estas alturas se celebrara el
consejo. Es decir, convocar y reunir a toda la comunidad educativa cántabra
para “aconsejar” al gobierno regional sobre algo que ya estaba en
funcionamiento.
Reproché al presidente del consejo escolar esta convocatoria
tan tardía.
Le hice saber que consideraba que había tenido una actitud
partidista cuando debía haber sido neutral.
Posteriormente y como sindicalista, a la vista de los crecientes
comentarios sobre si los becarios están solos o no en las aulas con los
alumnos, planteé mis dudas y alternativas sobre su relación laboral en los
centros y quién pagaría los platos rotos en caso de algún problema.
Hubo una votación mayoritaria de rechazo a este sistema de
“contratación” de becarios, precisamente en estos momentos. Apoyé el rechazo con
mi voto.
Hasta aquí lo normal, con acuerdo o discrepancia a mi
posición.
Lo lamentable es la imagen que transmite el sector de la enseñanza
concertada por medio de sus representantes.
Siempre es igual.
Prácticamente nunca abren la boca salvo el representante de la
patronal CECE. De hecho, creo que los hay que nunca ha hablado.
Pero siempre están en posiciones afines a la administración.
Sin molestar ni hacer ruido. Es como si la concertada fuera una prolongación de
la consejería de educación.
Luego nos quejaremos de que “no nos consideran”, del agravio
comparativo con los compañeros de pública, etc, etc ……..
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