Sobre la pasividad

La pasividd es mala consejera.
Sobre todo, para los trabajadores que dependemos de los frutos de la negociación de otros. Más aún, de otros que dependen del apoyo de los anteriores para trasladar con una mínima firmeza sus reivindicaciones.
Es un círculo vicioso: Dependo de tí, tu dependes de mí, y "el otro" según lo que ve actúa.
No debemos ser pasivos. Debemos analizar la realidad. Sin victimismos. Sin flagelarse. Sin dudar, con la realidad encima de la mesa, no con vagas declaraciones de intenciones, ni evasivas: no se puede hacer nada, que lo hagan los otros, para lo que sirve ........
La crisis nos obliga a tomar partido. A ser activos. A no ser sujetos pasivos.
En caso contrario, el futuro nos lo labrarán otros, en base a su interés.
Entonces iremos a menos, no lo dudes. ¡¡No lo consientas!!

Todo el mundo miente

Eso decía House (valga mi homenaje al personaje y a la serie).
No sé si será verdad, pero sí lo es que cada vez tengo más reservas cuando leo noticias económicas. En particular, cuando son de valoración de activos de personas, BANCOS, países, zonas ...
Lo que no me ofrece duda, es la tesis de que estamos ante una crisis sitémica y que el cambio de modelo social y económico está en pleno desarrollo.
No es que lo crea. Lo siento, lo palpo.
Cuando hablamos con los trabajadores de sus problemas. Cuando vemos la razón de sus problemas. Cuando vemos la alternativa que les dan los empresarios. Cuando vemos las alternativas que les damos los sindicalistas ....
Esto está cambiando, y mucho. Y no miento.

Cambios con ritmos distintos

Los cambios que va a experimentar la sociedad española van a percibirse de una forma distinta. Su ritmo de aprehensión y sus efectos van a ritmos distintos.
Los aspectos económicos son tan evidentes que no necesitan mucha explicación: Si te rebajan el sueldo, está claro. Si el procentaje es muy alto, aún más.
Si la rebaja económica fuera a  medio o largo plazo, ya sería distinto.
Por ejemplo, las pensiones de jubilación se perciben lejanas, no para mañana, y por ello, menos agobiantes (tendremos tiempo para arreglarlo ...). Por supuesto, si te dicen que te las quitan, es otra cosa. Pero que te digan que en el futuro (ya lo dicen) serán un 25% menos se ve lejano ...: ¡¡peligro!!.
Ahora bien. Hay otros cambios que se están dando que son más peligrosos, si cabe. La regresión del modelo socio-laboral está ahí. La diferencia de esta cambio con los anteriores es que no afecta a todos por igual, ni en el tiempo, ni en la cantidad, ni en la calidad.
Puede ocurrir que trabajadores "no se enteren" de la reforma laboral si no tienen problemas con los empresarios. Estos, en muchos casos, dicen que los sindicatos hacemos mucho ruido.
Otros ya están sufriendo los regresivos cambios de la reforma: Sus empresarios la aplican a su antojo, y por supuesto, a favor suyo. Unos pensaban que a ellos "las movidas" no les afectaban y ahora dicen que los sindicatos no hemos hecho nada.
Los otros, ya estaban mentalizados y luchaban y luchan por derogar la norma. De una manera u otra, están ligados con los sindicatos.
El resultado final: En unos años, si no hay cambios sustanciales, el modelo de relaciones laborales va a ser irreconocible comparado con el actual.
¡¡No es posible. Debemos rebelarnos!!

¿Qué debemos hacer los sindicatos?

Sirva como principio que no pretendo dar lecciones a nadie.
Creo que lo primero que debemos hacer es hablar claro. Decir la verdad en el sentido estricto de la palabra. Decirles a los compañeros que lo de "la unión hace la fuerza" no es una frase más. Es básico para las clases más desfavorecidas. Decirles que la solidaridad no es sólo una bonita palabra, es básica en nuestro quehacer diario. Que no podemos reivindicar para unos colectivos "logros" que perjudicen notablemente a otros, que no debemos actuar independientes unos de otros.
Y decirles que la agresión a los sindicatos no es sólo por reducirlos al plano testimonial, que lo es. Es para desregular a la clase trabajadora. Es para que el esqueleto social sea débil y cuando nos enfrentemos solos a nuestros problemas laborales veamos esto, que estamos solos y que la ley no nos ampara.
Y decirles que agoreros como el servidor que escribe estas líneas es lo que está viendo día a día.
El personal cuando tiene un problema es cuando se entera que los empresarios tienen más herramientas de las que pensaba y que la ley cada vez le protege menos.

Un enorme paso atrás

Una de las tentaciones es buscar el adjetivo más indicado para calificar la situación actual.
Como ciudadano que soy, la indignación, en su distintas vertientes, me embarga.
Como sindicalista que soy, y desde un punto de vista muy autocrítico, creo que la situación que padecemos actualmente, en el plano laboral, social, etc ... es un paso atrás, un retroceso, de muchos años.
Ni los cuantifico ni me atrevo a intentarlo.
¿Qué implica un paso atrás?. Ya se que es muy evidente: Es un volver a caminar sobre un camino presuntamente andado. Conquistado más bien.
Es lamentable. Parece que nos han dicho: ¡¡Eh ...!! ¡¡Que ya habéis conseguido demasiado. Vale ya!!
Y más duro aún: No hemos podido hacer nada para remediarlo.
Convendrás conmigo que todos, absolutamente todos, debemos hacer pensar de forma autocrítica ante este enorme paso atrás.

Cada uno a lo suyo

La evolución de la situación actual nos va a obligar a situarnos mucho más nítidamente. Los sindicatos debemos valorar nuestras prioridades y valorar realmente cual es nuestra función en una sociedad cada vez más desregularizada.
Porque esta es una de las consecuencias de la crisis y de la reforma laboral. Una sociedad cada vez más débil. Unas relaciones laborales más endebles que propician el "sávese quien pueda" y, lo que más quiere la derecha pura y dura que tenemos, una atomización de las relaciones laborales llamada eufemísticamente "emprendedores".
Que la unión hace la fuerza es un concepto que muchos compañeros dejarán de criticiar con la alegría que han hecho hasta ahora.
Ahora nos corresponde definir nuestra prioridades y ver cuáles son las líneas rojas que no debemos consentir traspasar.

Las cartas de España

En este juego diario de los mercados, España ha enseñado las cartas. Ha dejado ver su límite. El nivel que no puede flanquear. El límite económico que no puede asumir y por el que debe pedir ayuda exterior. Nuestro país no puede resolver por sí solo el problema de la financiación insuficiente de ”su bancos.

En mi opinión, resolver el problema de los bancos es resolver la financiación del país por la vía del BCE. Si esto no ha sido posible y se ha tenido que pedir el rescate debe ser, entre otras cosas, por el ahogo a la hora de financiarse externamente.

Por si acaso, no seamos ingenios. Los que “nos prestan” el dinero exigirán algo más que buenas intenciones y esfuerzo. La reducción del gasto público, las jubilaciones, el IVA, el salario de los funcionarios …. estarán en la diana.

Lo que sí parece es que no les importa lo que se diga a nivel doméstico. Sinceramente, ver a Rajoy diciendo que el que ha presionado ha sido él, es esperpéntico. ¡¡Los españoles somos unos machotes!!

En este terreno de juego debemos movernos los sindicatos de clase. Las cosas han cambiado, y mucho. Los sindicalistas debemos comprenderlo, saber que tenemos que esforzarnos y que lo de la lucha de clases sigue vigente. Los trabajadores deben entender que solos no van a ningún lado. Y nuestro país jugando con cartas no ganadoras. ¿Alguien da más?

Un hervor democrático

Es lo que le falta a este pais. Un hervor democrático.
Lo que está pasando en algunos ámbitos necesita un tamiz judicial, ser juzgado y sentenciado como delito que es.
Por ejemplo, lo que está pasando con el Altísimo Pillo Divar es de juzgado de guardia.
Y lo que está pasando con Bankia, donde el gobierno gestiona y gasta el/nuestro dinero público en cantidades tan grandes que peligra el estado de bienestar de todos.
Parece un pais sin control democrático suficiente, porque desde el poder se toman decisiones sin consultar a casi nadie. Al pueblo por lo menos no. Y al parlamento tampoco.
En fín, cuando gobierna un tipo de gente, les sobra el tener en cuenta lo que piensan "los otros".
No lo puedo remediar, pero cuando veo la falta de cultura democrática, esta necesidad de un hervor democrático, veo el gran daño de los cuarenta años de dictadura.