Vergüenza ajena, es lo que sentí cuando leí las declaraciones del consejero de Educación de Cantabria Miguel Angel Serna.
En primer lugar, porque me parecen preconstitucionales. Más aún, en la voz de un representante político.
En segundo lugar, porque no se puede minimizar la labor y el trabajo de los sindicalistas que invierten su experiencia y trabajo en la mejora de las condiciones laborales de todos.
No es cuestión de dinero, es de derecho laboral. De un derecho amparado por la Constitución.
Con la que está cayendo, gente pasándolo rematadamente mal, el consejero no tiene pudor en gastarse 90,000 euros en contratar una evaluación externa del sistema educativo cántabro a una empresa privada. Así sin más. Y con muy poco rigor indagatorio de la misma. Porque decir que no sabía que estaba vinculada con el Opus ..... La verdad, suena todo un poco rarito.
1 comentario:
Es más, el indagar y enterarse de cuales son las referencias de cualquier empresa que se contrate desde la administración publica ¿no tendría que ser responsabilidad de un consejero? Contratar una empresa sin verificarla... si no es negligencia, al menos está muy cerca de serlo.
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