jueves, 17 de mayo de 2012

La huelga del martes 22 y la concertada

La federación estatal, con nuestro apoyo, ha decidido que no convoca huelga en la enseñanza concertada. Es una decisión meditada que no implica en modo alguno, que no se esté de acuerdo con los motivos que la inducen. Sin embargo, conviene tener en cuenta algún matiz. El sector de la enseñanza concertada, es decir, sus trabajadores, deben sentirse invlucrados en la gestión de los movimientos reivindicativos previos. Si estos conducen a una huelga, aún más. En los tiempos que corren no se puede pedir a ningún trabajador que vaya a la huelga si no es por una razón más que suficiente. En este caso puede haberla. De hecho la hay. Pero no es menos cierto que hay disfunciones que perturban a sus trabajadores porque sienten que no pueden ir junto a organizaciones, que por otro lado, están cuestionando su puesto de trabajo. Muchos nos dejamos la piel por la defensa de un estado de bienestar universal. Hay pruebas sobradas de ello. Pero algunos compañeros deben entender que ir a la huelga, con la consiguiente desestabilización de nuestro puesto de trabajo, tiene que ser con compañeros que defiendan que el puesto de trabajo no se puede cuestionar. Esa es una seria dificultad. La solución, a la vista de los acontecimientos no es fácil pero sí comprensible: Que los sindicatos de clase tengan autonomía suficiente para tomar las riendas del proceso con decisiones autónomas, sin que otros les empujen. En ese momento cabremos todos.

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